predigo el futuro en el pasado
sin miedo ni voluntad
la sed de la eterna hermandad sueña precipitàndome al aljibe
tus manos encienden el agua que el arroyo
ilumina al pasar
sin embargo esta oraciòn tampoco alcanza para beberte desnuda
en la ventana
la paloma se arrima al fuego como una mariposa de cascabel
sin el viento, la tinta de impresiòn, tu bahìa de los cochinos, mi plumaje
y su neblina
este poema jamàs hubiera nacido.
1 comentario:
Sabes encender en el alma las luces necesarias que me permiten seguir amando la vida!! Gracias!!!
Tùs luces siguen eternamente...
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